“No dejaremos que un grupo de terroristas detenga al país”, afirmó el mandatario en un mensaje desde el Palacio de Carondelet, donde se refirió a las instalaciones como un inicio de un urgente saneamiento del sistema penitenciario, controlado por las mafias.
Entre las características de los nuevos centros de privación de libertad mencionó que tendrán inhibición de señal celular y satelital, sistemas electrónicos con tecnología de punta, control de acceso digital y análogo, triple seguridad perimetral y autogeneración eléctrica.
Según señaló, también contarán con tratamiento de aguas, construcción blindada, guardias sin rostros, así como licencias y permisos ambientales.
Las instituciones tendrán capacidad para 736 presos, y estarán divididas en tres módulos: de alta seguridad (160 celdas con cuatro detenidos cada una), máxima seguridad (32 celdas con dos reos cada una) y supermáxima seguridad (32 celdas individuales para reclusos con un alto nivel de peligrosidad).
«Esto es un paso más para controlar al terrorismo y crimen organizado, que necesita ser reforzado con leyes más duras, jueces honestos y la posibilidad de extraditar a los más peligrosos», añadió el gobernante.
Reiteró que los desmanes en las calles y en las cárceles, que actualmente sufre el país, son una respuesta al «temor de los criminales por las políticas de seguridad» que su administración implementa como parte del Plan Fénix.
La Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana rechazó la idea de ubicar una prisión en Pastaza, territorio ocupado en gran parte por comunidades originarias, pues vulnera derechos a la consulta previa, libre e informada y consentimiento, como establece la Constitución.
Por otro lado, el expresidente Rafael Correa, que abogó por darle un espaldarazo al actual gobernante en medio de la coyuntura de inseguridad, consideró que la construcción de megacárceles para emular al gobernante salvadoreño Nayib Bukele son «solo marketing».
El pasado 7 de enero se fugó de la Cárcel Regional de Guayaquil el cabecilla de la banda Los Choneros, Adolfo Macías (Fito), y a raíz de ese suceso comenzaron una serie de actos violentos en centros de privación de libertad y en las calles, como el secuestro y asesinato de policías.
En estos momentos hay 178 guías penitenciarios retenidos en siete centros carcelarios, informaron las autoridades este jueves, mientras en las calles persisten explosiones y amenazas de bomba.
La víspera, en un primer balance de las operaciones militares contra las organizaciones delictivas, el jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, Jaime Vela, informó que en 24 horas capturaron a 329 terroristas y cinco fueron abatidos tras la declaratoria de conflicto armado interno.
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