En medio del debate y el reclamo internacional para la implementación de la normativa, tras la respuesta de la Resistencia libanesa a los bombardeos israelíes, el experto consideró que el Estado debe imponer sus condiciones con el objetivo de lograr la soberanía nacional en interés del pueblo y del futuro de sus generaciones.
De acuerdo con el especialista, el 11 de agosto de 2006, un mes después de la agresión de Tel Aviv a Líbano, el Consejo de Seguridad adoptó la Resolución 1701 para detener las hostilidades en el sur y poner fin a la “Guerra de Julio” tras 33 días de destrucción.
En un artículo publicado en la red panárabe Al Mayadeen, Nasreddine, subrayó que la trilogía del ejército, pueblo y resistencia frustró el proyecto estadounidense del “Nuevo Medio Oriente” sobre la base de tierra arrasada y escombros.
Mientras los libaneses sufrían bajo los misiles israelíes, el analista indicó que la administración de Washington no dejó de emitir órdenes y dictados específicos para retirar los depósitos de algunos países árabes de los bancos nacionales, adoptar una disposición internacional (1701) e impedir la reconstrucción de la nación.
Según el autor, la 1701 impuso una zona libre de equipamiento militar entre la Línea Azul y el río Litani en Líbano, mientras Israel contaba con todo el margen para establecer una nueva agresión desde el interior de los territorios ocupados.
Al mismo tiempo, apuntó que el Ejército libanés quedó imposibilitado de mejorar sus capacidades al impedir la venta y el suministro de material militar al país.
En medio de este escenario, los libaneses intentaron encaminarse con la ayuda de países amigos hacia la reconstrucción y comenzó otra etapa en el camino de intereses internacionales, apuntó.
A criterio de Nasreddine, desde agosto de 2006 hasta octubre pasado la adopción de un conjunto de medidas causaron daños generalizados a la economía libanesa.
Entre ellas, el especialista mencionó la dolarización, la imposición de salvedades sobre los tipos de inversión, la suspensión de todos los presupuestos durante 11 años, así como la obstrucción de las soluciones del expediente eléctrico y el contrabando del dinero al extranjero, además de la destrucción del puerto de Beirut.
A la luz de las circunstancias actuales, consideró inevitable tratar la Resolución 1701 sobre una base económica que permita a Líbano romper el bloqueo económico externo y permitir múltiples opciones en paralelo entre Oriente y Occidente.
En este sentido, puntualizó en la importancia de reconstruir un sistema bancario sin dependencia de la política estadounidense, permitir la exploración real del gas en sus aguas y encontrar una solución al problema del desplazamiento sirio. ro/yma