El 13 de enero finalizó con cero homicidios algo que se atribuye a la efectividad del régimen de excepción que fue prorrogado el martes último por vigésima segunda ocasión por la Asamblea Legislativa a solicitud del gabinete de seguridad del presidente Nayib Bukele.
Durante la aplicación de la medida desde el 27 de marzo de 2022, cuando fue aprobada, el país detuvo a al menos 75 mil presuntos pandilleros o colaboradores, y bajo la tasa de asesinatos a 0.4 por día, un guarismo jamás imaginado en el país donde llegaron a ocurrir 87 decesos por causas violentas en apenas un fin de semana.
El 2023 cerró como el año más seguro en la historia salvadoreña, luego de terminar con una tasa de 2.4 homicidios por cada 100 mil habitantes, una cifra muy distante con la que finalizó 2015 cuando fue de 106.82 por cada 100 mil, y que marcó a este territorio como uno de los más violentos del mundo.
El Plan de Control Territorial (PCT) que se apoya en el régimen de excepción posee varias etapas que según su proyección inciden en la población y como la Fase 2 “Oportunidades”, que se creó para generar mejores condiciones para los jóvenes en zonas vulnerables y prevenir la violencia.
Asimismo está la Fase 3, denominada Modernización, mediante la cual se entregó nuevo equipo de última generación a la PNC y la Fuerza Armada, que hicieron que el país posea el instituto armado más numeroso de Centroamérica y equipado con sofisticadas herramientas para reprimir la delincuencia, entre otras tareas.
jha/lb