Los crímenes fueron descubiertos en junio del pasado año, en el llamado bosque de Shakahola al sur del país, donde cientos de integrantes fueron inducidos a ayunar hasta morir.
Autoridades kenianas dijeron que la lista de cargos contiene figuras como asesinato, homicidio, agresión, participación en actividad criminal, radicalización, y facilitar la comisión de un acto terrorista.
Entre las acusaciones también hay cargos por violaciones de la Ley del Niño, la de Prevención de la Tortura y de Educación Elemental, así como someter a un niño a torturas y crueldades.
Según el diario keniano The Star, el líder de la secta, Paul Mackenzie, y otros 30 acusados comparecen este miércoles ante el Alto Tribunal de Malindi, y el resto de imputados serán juzgados en grupos, dependiendo de los cargos presentados contra ellos.
El descubrimiento de estas fosas comunes en Shakahola, un bosque de 325 hectáreas tierra adentro desde la ciudad de Malindi, en el océano Índico, conmocionó a los kenianos, tras conocerse la historia detrás de esta secta mesiánica, que pedía a sus feligreses el sacrificio del hambre como única vía hacia Dios.
El terrible hallazgo llevó al presidente William Ruto a establecer una comisión de investigación sobre las muertes y un grupo de trabajo para revisar las regulaciones que rigen a estas sectas religiosas en el país.
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