Misiles Burkan, que pesan entre 300 kilogramos y media tonelada, fueron lanzados en el despliegue de uniformados del ejército de Tel Aviv en las cercanías del sitio de Ruwaisat Al Alam, en las granjas libanesas ocupadas de Shebaa.
De acuerdo con Hizbulah, sus cohetes también impactaron otra concentración de efectivos en la zona de Tel Shaar y con armas apropiadas atacaron una reunión de soldados en los alrededores del emplazamiento de Al-Abbad.
La Resistencia llevó a cabo una operación contra militares israelíes en las proximidades de la posición de Al-Raheb y en todas las acciones confirmó bajas en las filas de las fuerzas de Tel Aviv.
En una declaración, anunció el lanzamiento de misiles hacia el asentamiento de Al-Manara y la caída de uno de los proyectiles en un edificio.
Los medios israelíes calificaron de “extremadamente difícil” la realidad actual en la frontera con Líbano, al considerar que Hizbulah impuso a fuego un cinturón de seguridad de varios kilómetros dentro de la entidad.
En este contexto, la radio del ejército israelí reconoció el impacto de dos misiles en el asentamiento de Al-Mutela cerca de la frontera libanesa que causó daños a la infraestructura de la colonia.
Con anterioridad, el líder político y militar de Hizbulah, Hassan Nasrallah, subrayó que las pérdidas de la entidad sionista aumentan su confusión, «la última de las cuales es la revelación de cuatro mil heridos discapacitados en las filas de su ejército en el transcurso de cien días, y la posibilidad de aumentar a 30 mil».
El domingo durante el homenaje en el séptimo día del asesinato del Comandante mártir Wissam Hassan Al-Tawil, el secretario general reiteró la continuidad de la respuesta de la Resistencia libanesa hasta el cese de la agresión sionista a Gaza.
La seguridad del mar Rojo, la calma del frente con Líbano y la situación en Iraq dependen del fin del genocidio contra el pueblo palestino, enfatizó Nasrallah.
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