A fin de cuentas, Griezmann le hizo pagar los deslices de su archirrival del Real Madrid y los colchoneros pasan a cuartos de final en la Copa del Rey de España.
Un golazo del francés, vestido de héroe a los 100 minutos, tras un error del brasileño Vinicius, MVP el pasado domingo y esta vez, uno de los villanos del encuentro.
El marcador final 4-2 en alargue tal vez no es reflejo de lo ocurrido en el estadio Metropolitano. Sin embargo, el Atleti que dirige el argentino Diego Cholo Simeone, es el único equipo que pudo tumbar a los merengues en la actual temporada.
En LaLiga y ahora en Copa del Rey (3-1 y 4-2), pero sucumbió el miércoles de la pasada semana 3-5, también en tiempo extra en Arabia Saudita, en la Supercopa de España, que terminó conquistando el Real Madrid.
“No sé si es justa la eliminación. El Atlético ha hecho un esfuerzo tremendo como nosotros, ha competido y luchado cada balón. Nadie merecía perder, pero hemos perdido nosotros y tenemos que mirar adelante. Como en todos los derbis hay lucha, pero al final ha sido un partido correcto’, valoró el entrenador de los merengues, el italiano Carlo Ancelotti.
Hay tela por donde cortar en justificaciones, aunque en un deporte de tantas pasiones, los grandes clubes no tienen derecho a caer. En realidad, el cansancio físico pudo pasar factura a la “casa blanca”.
Algo relativo, porque si bien para imponerse en Riad de forma aplastante al Barcelona 4-1 debió jugar 90 minutos y volar seis horas de regreso a casa, los errores cometidos en el duelo con el Atleti fueron de bulto.
Primer gol del brasileño Lino a los 39 minutos, mal despeje de Rudiger y poca convicción en la salida del portero Lunin. Un autogol, cosa rara, de su colega Oblak a los 46 y el 2-1, otro despeje errático y nada bien Lunin ante Morata a los 57.
Luego, un gran Bellingham en pase a Joselu para remate de cabeza y el 2-2 a los 82. Y el verdugo Griezmann aprovechando un despiste de Vinicius. El cuarto llegó de Riquelme a los 119, cuando el Real Madrid estaba desarmado.
Se podía hacer mejor cuando el partido estaba empatado, teníamos el control y no necesitábamos forzar demasiado las jugadas y a veces lo hemos hecho. Ha sido un pecado de juventud y ha sido la clave, dijo Ancelotti enviando un recado a Vinicius.
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