La Cancillería acusó en un comunicado al gabinete de Benjamin Netanyahu de ejecutar una limpieza étnica en ese territorio, donde viven 2,2 millones de personas.
También criticó la continuación y prolongación del conflicto, que calificó de atroz.
Asimismo, afirmó que el objetivo es sepultar “cualquier solución política a la crisis y reemplazarla con una mentalidad vengativa y arrogante que prioriza la fuerza militar bruta”.
Más de 1,5 millones de ciudadanos se encuentran en las áreas central y sur de la Franja, donde viven bajo bombardeos israelíes directos y en condiciones ambientales muy duras debido al invierno, la lluvia y el frío intenso, alertó.
Mientras, apuntó, en el norte más de 700 mil palestinos no reciben ninguna ayuda debido al cerco.
A ello se suma la política de hambre, sed y privación de medicamentos adoptada por Israel al bloquear el ingreso de productos de primera necesidad al enclave, subrayó.
La cartera destacó que “el número de mártires, heridos y desaparecidos bajo los escombros aumenta cada día”.
Decenas de miles de personas desplazadas están asediadas por las fuerzas de ocupación en refugios y hospitales y son objeto de las formas más atroces de represión, abusos y detenciones masivas, indicó.
El ejército israelí continúa destruyendo viviendas, instalaciones culturales, religiosas, económicas, históricas y sociales, alertó.
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