Mediante una declaración oficial, Rasoul enfatizó que las agresiones contra bases del ejército y de las Fuerzas de Movilización Popular, en las zonas de Jurf Al-Nasr y Al-Qaim constituyen una clara determinación de dañar la seguridad y la estabilidad en Iraq.
El general de división subrayó que las acciones norteamericanas recientes obstaculizan la futura relación y las misiones de los miembros y asesores de la coalición internacional en el país.
Al mismo tiempo, puntualizó que tales agresiones socavan los acuerdos y varios sectores de la cooperación conjunta en materia de seguridad.
El vocero calificó de inaceptable este acto que viola la soberanía nacional y contribuye a una escalada irresponsable, en medio del peligro de una expansión del conflicto tras la agresión israelí a Gaza y las consecuencias de la guerra de exterminio que enfrenta el pueblo palestino.
Mientras las principales potencias, incluido Estados Unidos, guardaron silencio respecto de estos crímenes, Washington se desliza hacia acciones agresivas condenables e injustificadas contra el territorio iraquí y la soberanía nacional, apuntó Rasoul.
El portavoz militar pidió a la comunidad internacional cumplir con su responsabilidad de apoyar la paz y la seguridad, además de evitar todas las violaciones que amenacen la estabilidad y la soberanía de Iraq.
Al respecto, reafirmó que los ataques aéreos serán tratados como actos de agresión y se tomarán las medidas necesarias para preservar las vidas y la dignidad de los iraquíes en su tierra.
En esta misma línea, el asesor de seguridad nacional Qassim Al-Araji, declaró en su cuenta en X que en lugar de bombardear y atacar la sede de una institución nacional iraquí, la parte estadounidense debería actuar para detener el avance de la agresión contra Gaza.
Los bombardeos estadounidenses en la madrugada provocaron una muerte en Al-Qaim en la frontera entre Iraq y Siria, y daños materiales a un edificio de entrenamiento en Jurf Al-Nasr, al sur de Bagdad.
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