La decisión del órgano de nueve miembros, llamados aquí “Los Sabios”, generaba mucha expectativas en torno a una norma que implica la mano dura hacia la inmigración, pero varios de los aspectos introducidos por los conservadores y celebrados como una victoria ideológica por la extrema derecha fueron declarados inconstitucionales.
En ese sentido, el Consejo reprobó el acceso diferenciado a las prestaciones sociales por los extranjeros, la recuperación del desaparecido delito de “estancia irregular”, la imposición de cuotas de inmigración, los obstáculos a la reunificación familiar y el establecimiento de un fondo como requisito para aceptar los estudios de jóvenes foráneos en universidades francesas.
De igual manera, revirtió las restricciones del derecho de suelo (a la nacionalidad para los hijos de extranjeros que nacen en Francia) y retomó elementos inicialmente promovidos por el ejecutivo para la integración de trabajadores indocumentados que laboran en puestos con déficit de mano de obra.
La ley de inmigración había sido adoptada el 19 de diciembre por el Senado y la Asamblea Nacional sobre la base de un texto de consenso acordado en una comisión mixta parlamentaria por el oficialismo y los conservadores, quienes negociaron en ventaja y consiguieron que prevaleciera la norma aprobada en la cámara alta, la cual controlan.
El gobierno asumió entonces que la iniciativa no era del todo de su agrado y apeló al Consejo Constitucional con la esperanza de que invalidara o retocara varios artículos, lo que en definitiva sucedió este viernes.
Entre las primeras reacciones a la decisión de “Los Sabios”, el ministro del Interior, Gérald Darmanin, felicitó al Consejo por validar la versión original de la ley, que Los Republicanos (conservadores) transformaron con su dominio en el Senado.
En cambio, el presidente de Agrupación Nacional (extrema derecha), Jordan Bardella, denunció en las redes sociales “un golpe de fuerza” de los jueces con el apoyo del presidente Emmanuel Macron. El Consejo Constitucional censuró medidas firmes apoyadas por los franceses, la única solución es convocar a un referendo sobre la inmigración, opinó Bardella.
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