La base objeto de los enfrentamientos es la 22 división de Infantería en la ciudad de Babanusa, en el estado de Kordofán del Oeste.
Según las informaciones este ataque culmina una oleada de combates en esta región durante los últimos tres días y ocurre en un campamento militar considerado de importancia estratégica para el Ejército de Sudán en su actual ofensiva en el suroeste del país cuyo objetivo es recuperar posiciones, tras perder el control de Uad Madani, una de las ciudades más importantes de esa nación.
Kordofan del Oeste es considerado el principal estado productor de petróleo de Sudán, donde se encuentran siete de los principales yacimientos.
Testigos presenciales describieron un escenario de destrucción en las calles de Babanusa por los disparos de artillería que se concentraron en los barrios residenciales de la ciudad, llenas de cadáveres de militares y civiles insepultos.
La guerra en Sudán devastó por completo esa nación africana y generó una de las mayores crisis humanitarias en África, recuerdan hoy analistas políticos.
Los enfrentamientos en Sudán estallaron el 15 de abril del pasado año, por contradicciones en medio de un proceso de integración de las Fuerzas de Apoyo Rápido, lideradas por Mohamed Hamdan Dagalo, vicepresidente del Consejo Soberano de Transición (CST), al seno de las Fuerzas Armadas, y el jefe del Ejército y presidente del CST, Abdelfatá al Burhan.
Ambos con grado de general, se disputan el control del país después del derrocamiento en 2019 del presidente Omar al Bashir.
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