La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad) decidió emitir otra “voz de alarma” atendiendo a las “crecientes perturbaciones” que perjudican al transporte marítimo, responsable de más del 80 por ciento del movimiento mundial de mercancías.
Entre las cuestiones más preocupantes, mencionó las tensiones geopolíticas en torno al mar Negro, los recientes ataques a la navegación en el mar Rojo que dañan al Canal de Suez y el impacto del cambio climático sobre el Canal de Panamá.
Según las estimaciones de la Unctad, los tránsitos semanales a través del Canal de Suez disminuyeron un 42 por ciento en los últimos dos meses.
En tanto, el conflicto ruso-ucraniano provocó cambios sustanciales en el comercio de petróleo y cereales, remodelando las pautas establecidas, opinó la entidad.
A causa de las variaciones climáticas, el Canal de Panamá encara actualmente una notable disminución en sus niveles de agua; de tal forma, el mes pasado el tránsito por esa vía bajó un 36 por ciento en comparación con hace un año, ejemplificó la fuente. Al decir de la Unctad, las implicaciones a largo plazo del cambio climático en la capacidad del canal suscitan preocupación por sus efectos duraderos en las cadenas mundiales de suministro.
La presente crisis en el mar Rojo añadió otro factor de amenaza al comercio, pues los principales actores de la industria naviera suspendieron temporalmente los tránsitos a través de Suez, sopesó la institución de Naciones Unidas.
En concreto, precisó, los tránsitos semanales de portacontenedores bajaron un 67 por ciento frente a los datos de hace un año.
Pero en general hay declives significativos en la capacidad de transporte de contenedores, los tránsitos de petroleros y buques cargueros de gas, señaló la entidad, que también advirtió sobre el sensible incremento en los precios de los fletes a escala internacional.
Las interrupciones prolongadas, especialmente en el transporte marítimo de contenedores, suponen una amenaza directa para las cadenas mundiales de suministro, pudiendo provocar retrasos en las entregas y costes más elevados, añadió.
La crisis, subrayó, también está repercutiendo en los precios internacionales de los alimentos, pues las distancias más largas y la elevación de las tarifas de transporte pueden traducirse en costos superiores.
En opinión de la institución, los desafíos ponen de relieve la vulnerabilidad del comercio a las tensiones geopolíticas y los problemas relacionados con el clima, y exigen esfuerzos colectivos para encontrar soluciones sostenibles, en especial, para apoyar a los países más vulnerables.
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