Las tribunas del recinto fueron testigos incluso de abucheos de la afición, que esperó dos meses tras el anuncio del encuentro para ver de cerca al vigente campeón del mundo, quien no pudo jugar por lesión.
Más de 38 mil asistentes llenaron la instalación con muchas camisetas rosas de Miami y albicelestes de Argentina, y se sintieron decepcionados cuando el entrenador Gerardo Martino explicó que Messi no jugó por arrastrar lesiones de partidos de la gira disputados previamente en Arabia Saudita.
Las entradas para el tope se agotaron en menos de una hora y por la ciudad proliferaban carteles rosas, el color del Inter Miami, promocionando el partido con las imágenes de Messi, Luis Suárez, Sergio Busquets y Jordi Alba, ninguno de ellos en el once titular.
Casi 40 mil personas asistieron el sábado a una sesión de entrenamiento abierta al público, a pesar de no ser gratis, en la que el argentino se mantuvo al margen realizando estiramientos con Suárez.
Todo con el deseo de ver de corto al también vigente poseedor del Balón de Oro, y este domingo el público cantaba repetidamente «Queremos a Messi, queremos a Messi», pues ni los organizadores ni el propio Martino en la rueda de prensa del viernes comunicaron su lesión.
Incluso el gobierno de la ciudad se pronunció, y en un comunicado expresó estar «extremadamente decepcionado» y anunció medidas para recuperar parte de los 16 millones de dólares de Hong Kong (2,05 millones de dólares estadounidenses) otorgados al organizador del evento.
Sobre el terreno, el Inter goleó 4-1 a la selección de Hong Kong, pero a los fanáticos eso realmente no les importó.
No obstante, para el elenco floridano fue el primer triunfo de esta gira de pretemporada tras el empate frente a El Salvador y las derrotas con el Dallas, Al Hilal y Al-Nassr, estos dos últimos en Arabia Saudita.
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