La Oficia informó de un aumento de los ataques en la gobernación de Rafah en las últimas dos jornadas mientras miles de habitantes del enclave continúan llegando a esa demarcación, incluso desplazados de Khan Younis que huyen de los intensos combates.
El portavoz de OCHA, Jens Laerke, aseguró que la ONU y sus estados miembros pueden dar testimonio de los crímenes israelíes.
«Podemos dejar claro lo que dice la ley, según el derecho internacional humanitario, el bombardeo indiscriminado de zonas densamente pobladas puede constituir crímenes de guerra», insistió.
De acuerdo con OCHA, los desplazamientos masivos hacia Rafah quintuplicaron su población desde el 7 de octubre
«La intensificación de las hostilidades en esta situación podría provocar una pérdida de vidas civiles a gran escala y debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para evitarlo», dijo el vocero de la entidad.
Por su parte, la Sociedad Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja consideró más que catastrófica la situación en la Franja al lamentar la muerte de Hedaya Hamad, trabajador humanitario asesinado durante el bombardeo en el recinto hospitalario de Al Amal, en Khan Younis, el viernes pasado.
«En las últimas dos semanas, el hospital estuvo rodeado de intensos bombardeos, combates, no había manera de entrar ni de salir, (fue) atacado varias veces y la última vez fue el viernes pasado, cuando este colega fue asesinado», dijo Della Longa, miembro de la Cruz Roja.
A pesar de que ocho mil personas pudieron abandonar el hospital de forma segura el lunes, casi 100 permanecen dentro del centro de salud, incluidos pacientes ancianos y otras personas con discapacidades que no pudieron ser trasladadas, junto con personal y voluntarios.
“La realidad es que si la situación no cambia será muy difícil continuar con las actividades en el hospital”, lamentó Longa.
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