Esa acción refleja una posición moralmente defectuosa y equivocada tanto en términos humanitarios como de seguridad, aseguró el funcionario en un comunicado.
Aboul Gheit alertó que la postura está en línea con las viejas ambiciones renovadas de la derecha israelí de eliminar el papel del Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Medio (Unwra).
La máxima figura de la Liga Árabe agradeció a los Estados que no se dejaron “influir por los llamamientos encaminados a destruir la Unrwa en un momento tan peligroso”, incluido España, Portugal, Noruega e Irlanda.
Llamamos a todos los países que se apresuraron a suspender la financiación a ese organismo a revisar esta decisión equivocada y peligrosa, recalcó.
Unwra está bajo fuego tras la acusación del gobierno de Benjamin Netanyahu contra 12 de sus 13 mil empleados por presuntamente participar en la operación del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas), el 7 de octubre último.
Tanto la agencia como la ONU anunciaron una investigación inmediata, pero numerosos países occidentales, entre ellos Estados Unidos, Alemania, Francia y Reino Unido, suspendieron su financiamiento, aunque aún no se probaron las denuncias.
Precisamente, Aboul Gheit subrayó que las acusaciones israelíes contra 12 empleados, cuyos contratos fueron cancelados inmediatamente, no debían aplicarse a la labor de miles de trabajadores, la mayoría de los cuales son médicos y maestros.
Nada justifica el castigo colectivo contra más de medio millón de niños palestinos que reciben educación en sus escuelas, incluidos unos 250 mil sólo en la Franja de Gaza, así como 900 mil que reciben ayuda alimentaria en el enclave costero, resaltó.
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