En declaraciones a la prensa, el alto representante confirmó la posibilidad de “un largo período de pausa (en los combates) para permitir la salida de los rehenes y de los prisioneros palestinos”.
Tras esto podría venir otra etapa de calma que podría conducir al fin de la guerra iniciada el 7 de octubre último, añadió el también coordinador de emergencia de Naciones Unidas a los periodistas en Ginebra.
El propio organismo detalló en una nota de prensa que las nuevas negociaciones para la paz en Gaza cuentan con el impulso de Egipto, Qatar y Estados Unidos.
Por su parte, el portavoz del secretario general (António Guterres), Stéphane Dujarric, aseguró que sobre la mesa permanecen negociaciones intensas sobre la liberación de rehenes y el cese de los combates.
Sin embargo, agregó, están sucediendo muchas cosas detrás de escena y “mucha retórica públicamente”.
A juicio del coordinador especial de la ONU para el Proceso de Paz en Medio Oriente, Tor Wennesland, un acuerdo para un alto al fuego duradero resultará “increíblemente difícil establecer”.
Durante una sesión informativa a la prensa reunida en la sede de la ONU en Nueva York, Wennesland abogó por la vía política para resolver la crisis al tiempo que alertó que los eventuales acuerdos no serán “una solución rápida en absoluto”.
“¿Cómo podemos pasar de donde estamos en medio de una pesadilla humanitaria y una Cisjordania totalmente conflictiva a un rumbo diferente? Debemos establecer ese rumbo no por medios humanitarios sino por la política”, dijo.
El enviado insistió en la necesidad de una mayor entrada de ayuda humanitaria para el enclave así como mercancía comercial, mientras resulta imposible que las agencias de la ONU puedan actuar de manera suficiente y más efectiva sobre el terreno.
“El sistema humanitario no está diseñado ni configurado para transportar todos los bienes para 2,2 millones de personas. No podremos abastecer adecuadamente a menos que haya un sector privado que entregue suministros en la Franja», agregó.
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