Con el mérito adicional de romper el invicto del Atlético de Madrid en su casa del estadio Metropolitano, y la ausencia significativa del explosivo delantero Nico Williams por lesión.
No volverán a verse las caras hasta el 28 de febrero, con la enorme diferencia que para entonces el menor de los hermanos Williams estará recuperado y la sede del encuentro de vuelta será la caldera del estadio San Mamés de Bilbao.
Un penalti del mozambicano Reinildo sobre Beñay Prados a los 25 minutos, se convirtió en el único gol del partido, cobrado por Alex Berenguer. Rompió así el dominio de los colchoneros con muchas ocasiones y poca contundencia.
Se encendieron las alarmas en tiempo de descuento, al filo del minuto 92 por una falta en el área de Yeray a Morata, pero cuando el francés Antoine Griezmann se disponía a lanzar la pena máxima, el VAR intervino y anuló la decisión por fuera de fuego.
Aunque faltó lucimiento en el cotejo y más bien predominaron las ocasiones de anotar, frustradas por la ineficacia en los disparos a puerta, quedó claro que el plantel vasco que dirige Ernesto Valverde es uno de los equipos en mejor estado de forma de LaLiga española.
Quinto lugar del torneo, a tres puntos precisamente del Atlético de Madrid del argentino Diego Simeone, el conjunto liderado por Iñaki y Nico Williams, Gorka Guruzeta, el propio Berenguer y Ohian Sancet, pisa firme en el camino hacia la Copa del Rey.
De todas formas, en el otro pareo de semifinales, las cosas no están decididas. Mallorca y Real Sociedad empataron sin goles e irá a un partido crucial el 27 de febrero en San Sebastián.
Si los pronósticos para entonces se cumplen, la final este año de la Copa del Rey será entre dos cuadros vascos, Athletic de Bilbao y Real Sociedad.
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