«Los civiles nunca deberían pagar el precio de un conflicto del que no tienen ninguna responsabilidad», advirtió la experta en un comunicado.
Por el contrario, agregó, deben protegerse y preservarse sus derechos más básicos, y deben satisfacerse sus necesidades humanitarias.
Nderitu solicitó apoyo internacional para un alto al fuego que requiere, ante todo, garantizar la protección de los civiles y de la infraestructura civil de conformidad con el derecho internacional, agregó.
Al mismo tiempo, la analista independiente advirtió sobre la retórica deshumanizante y el discurso de odio de las autoridades israelíes que sólo pueden contribuir a provocar más violencia y reducir el espacio para poner fin al conflicto.
«Los líderes políticos tienen la responsabilidad especial de abstenerse de utilizar discursos tan odiosos y aplicar todas las medidas posibles para desactivar las tensiones actuales», consideró.
En esa misma línea, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) calificó como sin precedentes la densidad de la población palestina hacinada en Rafah que hace casi imposible proteger a los civiles en caso de ataques terrestres.
El organismo aseguró este viernes que la congestión en esa gobernación provoca que las rutas normales están bloqueadas por tiendas de campaña instaladas por familias que buscan cualquier superficie plana y limpia disponible.
En los últimos tres meses, la ciudad ha producido el equivalente a la basura de un año, agregó OCHA citando las autoridades municipales.
A la vez, la escasez de alimentos, agua potable, servicios de salud e instalaciones sanitarias provocaron un brote de enfermedades prevenibles.
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