Según comunicó la CE, “la Tercera Evaluación Rápida de Daños y Necesidades, publicada hoy por el Gobierno de Ucrania, el Banco Mundial, la CE y la ONU, estima que, para el 31 de diciembre de 2023, el costo total de la reconstrucción y la restauración en Ucrania será de 468 mil millones de dólares en la próxima década”.
Solo en 2024 harán falta cerca de 15 mil millones de dólares para las prioridades de reconstrucción a escala nacional y local, sobre todo para apoyar y movilizar al sector privado, reconstruir viviendas y la infraestructura energética y de transporte, agrega el texto.
A la luz del conflicto con Rusia, la Unión Europea aprobó a principios del presente mes un paquete financiero adicional para Ucrania por 50 mil millones de euros a partir del presupuesto comunitario hasta 2027, y parte del dinero será a cuenta de préstamos por alrededor de 33 mil millones de euros.
De acuerdo con el vicepresidente de la CE, Valdis Dombrovskis, a partir de 2024 la ayuda ya no será incondicional y para recibirla Kiev tendrá que preparar un plan de reconstrucción que incluya reformas institucionales e inversiones.
El conflicto armado sigue en pie, pero los socios de Ucrania en vez de contribuir a las soluciones negociadas, parecen más interesados en venderle armas y evaluar el terreno para los futuros negocios de los prestamistas y las compañías que participen en la reconstrucción.
En tanto, el primer ministro ucraniano, Denís Shmigal, afirmó en un comunicado que el “principal recurso” para la recuperación de su país “debería ser la confiscación de los activos rusos congelados en Occidente”.
Por su parte, el Fondo Monetario Internacional anunció el pasado 13 de febrero el lanzamiento oficial de un nuevo fondo fiduciario para apoyar las reformas económicas y financieras de Ucrania en los próximos cinco años, con el objetivo de recaudar 65 millones de dólares de los donantes.
A cuenta de la confrontación bélica, también algunos proveedores de alimentos y otros insumos obtuvieron «desleales» y excesivas ganancias, aseguradas mediante manejos turbios, indicó este miércoles en Kiev la Oficina Nacional de Anticorrupción (NABU, por sus siglas en ucraniano).
Los detectives de la institución confirmaron la existencia de un sistema de adquisiciones que «permite a los proveedores recurrir a abusos al fijar los precios de los grupos actuales de productos: los huevos se venden a precios elevados, y el salmón o los arándanos, que no se ven en la dieta de los militares, a precios muchas veces más bajos que los precios de mercado», detalló NABU.
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