El aprovisionamiento bélico incluirá 36 carros de combate y obuses de ruedas procedentes de los arsenales industriales, 120 mil cartuchos de munición de artillería, dos sistemas de defensa antiaérea adicionales y misiles Iris-T, dijo el canciller alemán, Olaf Scholz, tras la firma este viernes de un acuerdo con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
El documento suscrito en la sede de la Cancillería en Berlín, significa que Alemania seguirá apoyando a Kiev “todo el tiempo que haga falta”, declaró el dignatario germano.
Por su parte, el ministro de Finanzas, Christian Lindner, confirmó hoy en Múnich que el Gobierno federal continuará destinando a los gastos militares un monto equivalente al dos por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Es una proporción “suficiente y bastante”, teniendo en cuenta el tamaño de la economía alemana, por lo que mantener el nivel del dos por ciento “ya es un desafío”, indicó el titular en la Conferencia de Seguridad de Múnich.
Por primera vez en muchos años, acotó, el país empleará más del dos por ciento de su PIB en defensa, gracias, alegó, a un presupuesto extra que le permitirá cumplir con el objetivo de la OTAN hasta 2028.
“Estoy seguro que habrá momentos en el futuro en el que los políticos preguntarán a la gente si quieren mejorar el sistema de pensiones para las personas mayores o gastar más en defensa. Y este es el desafío político”, reconoció.
Al decir de Lindner, la Unión Europea (UE) debe centrarse en crear un mercado único de bienes de defensa y ampliar las capacidades de la producción bélica.
En el contexto de la Conferencia de Seguridad de Múnich, el alto representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, declaró a la prensa que los Estados miembros del bloque comunitario encaran una situación que exige el aumento de sus capacidades militares y de las industrias del sector.
Asimismo, abogó por buscar soluciones para hacer compatibles los sistemas de armamentos de los distintos países del área.
«Tenemos una gran dificultad en estandarizar y homogeneizar nuestros sistemas”, argumentó el funcionario quien observó, además, los posibles riesgos de perder parte del tradicional apoyo norteamericano.
“Mucho depende de lo que pase en las elecciones en Estados Unidos. Hemos vivido muy contentos bajo el paraguas de EEUU, pero el paraguas de EEUU no estará abierto todo el tiempo”, afirmó.
mem/mjm