Los pacientes fallecieron en la sala de cuidados intensivos como consecuencia de la falta de oxígeno debido al corte de energía, denunciaron fuentes médicas citadas por la agencia oficial de noticias Wafa.
Señalaron que dos mujeres dieron a luz en la instalación “en condiciones apremiantes e inhumanas, sin electricidad, sin agua, sin comida y sin calefacción”.
Las fuentes alertaron que la falta de combustible y el bloqueo israelí amenazan la vida de los pacientes y bebés prematuros en el complejo y responsabilizaron a ese país por la vida de las personas que se encuentran en el interior del inmueble.
La ministra palestina de Salud, Mai Al-Kaila, condenó ayer el bombardeo y posterior asalto de las tropas israelíes contra ese hospital.
En la madrugada de ayer un civil perdió la vida y varios pacientes resultaron heridos tras el ataque contra la sección ortopédica, luego de lo cual los militares irrumpieron en el patio del recinto.
Según Wafa, el complejo médico está desde hace 26 días bajo sitio de las Fuerzas Armadas del vecino país.
En su interior alberga a unos 300 miembros del personal de salud, 450 heridos o enfermos y más de 10 mil desplazados.
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