En medio de la lluvia, el pueblo de la urbe de Nabatieh acudió a la plaza central para realizar las procesiones fúnebres de las víctimas, asesinadas por las fuerzas israelíes en la noche del miércoles.
La Defensa Civil informó que los equipos de rescate lograron recuperar los cuerpos de 11 ciudadanos que cayeron como resultado del ataque al edificio.
El miércoles, un dron israelí apuntó a un inmueble de tres pisos y un sótano con varios misiles dentro de un vecindario habitado en Nabatieh, cerca de la intersección del barrio de Al-Maslakh, frente a la escuela secundaria Al-Sabah y la estación de combustible Palestina.
Los equipos de ambulancias recuperaron los cuerpos de la familia de Hussein Barjawi, su esposa y su hija Amani, además de otros mártires, incluidos niños y mujeres.
Durante la propia jornada, otro ataque de Israel tuvo como objetivo la casa del libanés Jalal Mohsen en el poblado de Al-Sowaneh y asesinó a su esposa y dos hijos, de 13 y dos años, respectivamente.
A la luz de estos crímenes, Líbano presentó una denuncia ante el Consejo de Seguridad y reclamó a Naciones Unidas condenar tales masacres israelíes y presionar a Tel Aviv para que detenga la escalada.
En este sentido, la Cancillería enfatizó que el bombardeo deliberado y directo por parte de Israel de civiles seguros en sus hogares se considera una violación del derecho internacional humanitario y un crimen de guerra.
Al mismo tiempo, puntualizó que la hostilidad israelí constituye una violación de la soberanía de Líbano, la integridad de su territorio y de los ciudadanos, y de todas las resoluciones de las Naciones Unidas que exigen el fin de las infracciones y de la ocupación de las tierras.
En este contexto, el líder de la Resistencia libanesa (Hizbulah), Hassan Nasrallah, subrayó que la respuesta a la masacre israelí contra civiles en Nabatieh y Al-Sowaneh debe ser continuar e intensificar el trabajo en el frente sur.
Durante su discurso de ayer con motivo del Día de los Dirigentes Mártires, el secretario general del movimiento indicó que las agresiones israelíes fueron deliberadas «porque el enemigo podría haber evitado matar civiles».
Nasrallah reiteró que «cuando el asunto se trata de dañar a civiles, esta cuestión es especialmente delicada para nosotros».
Sobre este tema, la máxima figura de Hizbulah apuntó que el frente de batalla se extiende más de 100 kilómetros, y la caída de mártires de la resistencia es parte de la confrontación con el enemigo.
El jefe de la Resistencia agregó que Israel fue demasiado lejos e Hizbulah no tolerará la cuestión de dañar a civiles.
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