Niños, jóvenes y adultos convergen en los salones de la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña seducidos por el afán de hallar el mejor texto o el de su preferencia.
Algunos, estudiantes de medicina, por ejemplo, recorren los pabellones en busca de literatura científica, mientras otros, se interesan por títulos que enaltecen la figura del líder histórico de la Revolución cubana, publicados por Ediciones Alejandro, perteneciente al Centro Fidel Castro Ruz.
No faltan en la mayor celebración de las letras en el país los amantes de las publicaciones sobre hechos históricos, niños tumbados en el césped inmersos en libros de colorear, o quienes escapan de lo tradicional para ir en busca de los e-books.
El arte de la lectura, en papel o mediante el empleo de la tecnología, invita a disfrutar hasta el próximo día 25 de las novedades que exhiben 45 naciones, entre ellas, Brasil -en calidad de invitada de honor-, Colombia, Chile, México, Vietnam, Palestina y Argentina.
En la oferta de tres millones de libros físicos y dos mil libros digitales, se expresa la voluntad de un país para que su pueblo siga teniendo acceso a la lectura, como una fuente inagotable de conocimientos, destacó el presidente del Instituto Cubano del Libro, Juan Rodríguez Cabrera.
Resultan admirables las charlas en homenaje a dos grandes intelectuales a los que está dedicada la feria en esta edición: la filósofa, investigadora y Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanísticas (1998), Isabel Monal, y el escritor y profesor de arte Francisco López Sacha.
Bajo la premisa martiana Leer es crecer, y la temática de este año Leer es construir identidad, las emociones se mezclan también con propuestas musicales, de artes escénicas, visuales y poéticas.
Si de poesía se trata, el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, presentó el libro La tierra amarilla, un ejemplar de 350 páginas que atesora poemas y ensayos escritos entre los años 1958 y 2003 por esa inmensa de las letras cubanas Fina García Marruz.
El poeta, crítico literario y ensayista expresó en un reciente encuentro en la sede de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba que en la cultura en español está toda la riqueza y diversidad de la cultura latinoamericana, la cual es imprescindible defender y salvar.
La Feria Internacional del Libro de La Habana nos abraza cada año con sus encantos y es como un soplo de aire fresco, de esos donde la brisa convoca a la imaginación, estimula la creatividad y despierta el placer detrás de cada vuelo literario.
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