Mediante un comunicado, la Cancillería reclamó a las naciones preocupadas por la estabilidad y la calma del sur libanés repudiar las continuas agresiones israelíes contra la nación.
Al mismo tiempo, pidió a la comunidad internacional presionar a Israel para que detenga sus intentos provocadores de ampliar el círculo de la guerra y atraer al Líbano a un conflicto.
En este sentido, enfatizó en la necesidad de evitar una escalada mayor dada su amenaza a la seguridad y estabilidad del Líbano y a toda la región, que solo resultará en calamidades y devastación.
Según reportes locales, al menos ocho trabajadores libaneses resultaron heridos en esta jornada como consecuencia de las incursiones de la aviación israelí contra plantas y fabricas civiles sin ninguna actividad militar en Ghaziyeh.
Las agresiones provocaron pánico en la región, ya que los ecos del bombardeo llegaron a la urbe de Saida; mientras, Tel Aviv afirmó que su objetivo era la infraestructura de la Resistencia libanesa (Hizbulah).
Durante la fecha, la artillería israelí bombardeó además la aldea de Mays al-Jabal y varios proyectiles impactaron en una escuela en el área.
También, las fuerzas de Tel Aviv atacaron con misiles las afueras de la ciudad de Marwahin, así como las zonas de Bustan, Yaroun y Al-Adaiseh.
En horas de la noche, Israel lanzó bombas de luces de bengala en el espacio aéreo de la zona costera en los alrededores del sur de la localidad de Naqoura.
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