Cada espacio de esta urbe tártara, bañada por los ríos Volga y Kazanka, los cuales semejan pistas de patinaje por las bajas temperaturas, se convierten en calurosos escenarios para dar cobija a los participantes del evento multideportivo.
Desde su centenario el Kremlin, incluido por la Unesco dentro del Patrimonio de la Humanidad desde 2000, la escalonada Torre Siuyumbiké y la catedral con cúpulas azules y doradas de la Anunciación, son sitios para que los amantes de las competiciones tecnológicas se encuentren con las tradiciones y culturas de un territorio milenario.
Desde el pasado 18 de febrero arriban a Kazán atletas, entrenadores, voluntarios, periodistas, cientos de personas que brindan colorido y alegría a los gélidos y blancos paisajes, que muestra un febrero cualquiera del suroeste ruso.
Con la visita a sus didácticos museos de historia, los visitantes pueden conocer que el nombre de la ciudad proviene de una leyenda que cuenta sobre un brujo, el cual aconsejó a los búlgaros que vivían en la zona que fundaran una metrópoli donde se pudiera hervir agua en una cazuela, aunque sin usar fuego para no llamar la atención de las tropas de Iván el Terrible. De allí su nombre “Kazán”, que significa cazuela.
Considerada la octava localidad más poblada del gigante euroasiático, también ostenta la condición de ser uno de los principales centros económicos, políticos, científicos, educativos, culturales y deportivos del país.
Los cientos de personas que irrumpen por estos días la vida habitual de Kazán, pueden confluir con una multietnicidad famosa por la convivencia entre musulmanes y cristianos, lo que se refleja en una variada riqueza arquitectónica propia de cada confesión, como la mezquita Qul Sharif, una de las más grandes de Europa.
No es por casualidad que los organizadores de los primeros Juegos del Futuro dieron la sede a esta urbe, dentro de las 19 presentadas a la postulación, pues desde abril de 2009 lleva legalmente el título de «Tercera Capital de Rusia».
Hasta el próximo 3 de febrero cada espacio de Kazán se verá invadido por la buena vibra y creatividad de un certamen que, a través del uso de los últimos avances en el campo de los deportes electrónicos, la robótica, la realidad virtual y aumentada, las tecnologías de la información y la inteligencia artificial, unen lo digital con lo físico para dar vida al mundo phygital.
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