En declaraciones a la televisora Al Jazeera, el director de la Oficina de Información del Gobierno en Gaza, Ismail Al-Thawabta, afirmó que los residentes del enclave costero entraron en una etapa de hambruna.
Al-Thawabta acusó al Ejército israelí de impulsar una política deliberada para matar de hambre a la población en el norte, donde es casi imposible ingresar ayuda humanitaria debido al bloqueo y los ataques castrenses.
El funcionario llamó al Programa Mundial de Alimentos (PMA) a retractarse de su decisión adoptada la víspera de suspender la entrega de alimentos a la región septentrional.
El PMA anunció la suspensión “hasta que se den las condiciones que permitan una distribución segura”.
Tal decisión no se adoptó a la ligera, porque sabemos que más personas corren el riesgo de morir de hambre, pero se debe garantizar la seguridad para entregar ayuda alimentaria crítica, afirmó la organización en un comunicado.
La institución recordó que las entregas se reanudaron el domingo después de una suspensión de tres semanas tras el ataque israelí a un camión cargado con productos vitales y debido a la ausencia de un sistema de notificación humanitaria que funcione.
Ese día el convoy fue rodeado por multitudes de personas hambrientas cerca del puesto de control de Wadi Gaza y el lunes otra caravana se enfrentó a un completo caos y violencia debido al colapso del orden civil, subrayó.
En diciembre último, un informe de Clasificación Integrada de Fases compilado por 15 agencias, incluido el PMA, advirtió sobre el riesgo de hambruna en el norte de Gaza para mayo a menos que las condiciones allí mejoraran decisivamente.
La directora general adjunta de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, Beth Bechdol, alertó hace una semana sobre la hambruna en Gaza.
En cuanto a las clasificaciones de emergencia, crisis y catástrofe, se puede considerar que “los 2,2 millones de habitantes de Gaza se encuentran en estas tres categorías”, afirmó.
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