En el conocido Crimen de Barbados, organizado por los terroristas de origen cubano y amparados por el Gobierno de Estados Unidos, perdieron la vida 73 personas, de ellas 24 miembros de la delegación deportiva de Cuba que regresaban de Venezuela, tras alcanzar todas las medallas de oro en el Campeonato Centroamericano de Esgrima.
En el acto de hoy, en el preuniversitario de Ranchuelo, municipio de la central provincia cubana de Villa Clara, se escuchó nuevamente la narración cuando Ángel Tomás le gritaba a su compañero Wilfredo, ‘áPégate al agua, Felo, pégate al agua!’, pero todo resultó en balde, las bombas explotaron, y el avión se hundió en el mar.
Durante el homenaje, familiares de Wilfredo Pérez donaron al museo municipal, un álbum fotográfico que atesora imágenes de diferentes etapas de la vida del mártir, su expediente laboral y una carta escrita a su madre de su puño y letra.
También en Santa Clara un grupo de deportistas rememoró la fecha, entre ellos, Alina Expósito, integrante del equipo Cuba de esgrima desde 1966 a 1968 del siglo pasado y compañera de varios de los caídos.
En sentida poesía resumió:
‘Ni los años han logrado /mitigar nuestro dolor/ni el recuerdo del horror, / por el crimen de Barbados. / El crimen es recordado/ como la acción terrorista, / más horrenda y fascista/ registrada en nuestra historia/ luego de alcanzar la gloria/ el equipo de esgrimistas’.
Este hecho vandálico, auspiciado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) provocó duelo nacional en Cuba y las vibrantes palabas del Comandante en jefe Fidel Castro cuando sentenció: ‘Cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla’.
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