Es hora de tomar decisiones en nombre de la humanidad, expresó Benjamín Blanco, viceministro boliviano de Comercio Exterior e Integración del Ministerio de Relaciones Exteriores en una entrevista con la cadena Global News.
El funcionario explicó que desde hace cinco meses solicitaron a Canadá autorizar a la empresa Biolyse Pharma, de Ontario, la exportación de vacunas de Johnson & Johnson hacia Bolivia, donde menos del 30 por ciento de las personas están completamente inmunizadas.
Blanco repitió su solicitud para que el ejecutivo liderado por el primer ministro, Justin Trudeau, anule la exención de patente y emita una licencia obligatoria para permitir la fabricación de los fármacos.
La parlamentaria canadiense Niki Ashton, del Nuevo Partido Democrático, se hizo eco en su cuenta de Twitter de la denuncia sobre cómo su país prioriza su relación con las grandes farmacéuticas en vez de cumplir sus obligaciones en derechos humanos.
John Fulton, vicepresidente ejecutivo de Biolyse Pharma, reconoce que existe un mecanismo legal mediante el cual pudieron darles el permiso para la fabricación de las vacunas: el Régimen de Acceso a los Medicamentos de Canadá.
Otra traba es el Acuerdo sobre aspectos de los Derechos de propiedad intelectual relacionados con el Comercio, que protege la patente de Johnson & Johnson sobre su vacuna y prohíbe a la farmacéutica producirla.
Un portavoz del Ministerio de Innovación, Ciencia y Desarrollo Económico de Canadá dijo a Global News que son conscientes del interés por flexibilizar la propiedad intelectual para aumentar la producción de vacunas, pero no se pronunció sobre las preocupaciones de Bolivia.
El gobierno boliviano asegura que firmó un contrato para importar 15 millones de dosis luego de la licencia obligatoria a la farmacéutica, y para eso presentó pruebas de que el país sudamericano no tiene capacidad para producir el inyectable contra la Covid-19.
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