Entre los acusados aparece el derrocado expresidente Blaise Compaoré, amigo íntimo de Sankara y, a la postre, organizador del complot para asesinarlo, que asumió el poder y lo detentó durante 27 años, quien será juzgado en ausencia pues está exiliado en Costa de Marfil.
El capitán Sankara tomó el poder en 1983 y una de sus primeras decisiones fue cambiar del nombre del país, de Alto Volta, dado por el colonialismo francés, por el de Burkina Faso (Tierra de Hombres Integros) combinación de vocablos de lenguas mosi y diula, anuncio de otras iniciativas más raigales.
Negativa a aceptar préstamos extranjeros, prohibición de los matrimonios forzados, de la ablación genital femenina y de la poligamia, alfabetización general, nacionalización de los recursos naturales y distribución de tierras figuran entre los hechos de su gobierno.
Uno de los resultados de su gestión fue lograr la autarquía alimentaria del país, uno de los más pobres y hambreados del continente africano.
La política exterior de su gabinete se caracterizó por el acercamiento al gobierno del entonces presidente de Ghana, el capitán Jerry Ralings, al igual que él un piloto de caza, su apoyo a los movimientos de liberación de Sudáfrica y Rhodesia, ambos regidos por gobiernos de minoría blanca y el panafricanismo.
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