El incidente ocurrió específicamente en el sector San Lorenzo, donde hace tres años se reportó un hecho similar, ejecutado por el frente Oliver Sinisterra, responsable del posterior secuestro y asesinato de un equipo periodístico y una pareja.
Las huellas de la detonación quedaron marcadas en una de las paredes del cuartel de la Policía, que además de dejar un agujero, provocó la rotura de vidrios.
La explosión anterior quedó registrada el 27 de enero del 2018 y se llevó a cabo mediante un coche bomba que detonó en la madrugada, sin causar bajas.
El evento reciente coincide con un período de aumento de la inseguridad en varias localidades de este país sudamericano, donde el índice de asaltos, robos y asesinatos preocupa a la población y a las autoridades.
Asimismo, se da en medio de un estado de excepción en el sistema carcelario, decretado luego de una masacre en la Penitenciaría del Litoral, en la urbe portuaria de Guayaquil, que costó 119 vidas y dejó además 79 heridos.
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