La muerte a balazos del atleta de 32 años ocurrió la noche del viernes en un barrio de Guayaquil, la ciudad con mayor índice de violencia del país.
Según reportes iniciales Quiñónez fue ultimado a tiros mientras conversaba con un amigo, identificado como el cantante urbano Christopher A., quien también murió en el incidente.
Hasta este domingo las unidades de criminalística encontraron 25 casquillos de bala en el lugar.
Medios de prensa informaron que, de acuerdo con las pesquisas, el artista era el presunto blanco del ataque y Quiñónez fue una víctima colateral.
Los perpetradores de los asesinatos se trasladaban en un auto blanco, vestidos con prendas reflectivas bajo la apariencia de agentes del orden público.
Autoridades nacionales, del deporte y población en general lamentaron la muerte del corredor, quien para muchos simbolizaba una esperanza de cara a las próximas olimpiadas, teniendo en cuenta sus logros.
Ubicado entre los mejores velocistas del mundo, el atleta obtuvo varias medallas en los 200 metros planos, entre estas oro en los Panamericanos de Lima 2019 y bronce en el mundial de ese mismo año, además de segundo lugar en la Liga de Diamante.
‘Sentimos mucho la dolorosa pérdida de Alex Quiñónez, padre, hijo, un gran velocista que marcó el deporte. Nuestras más sinceras condolencias a sus seres queridos. Que en paz descanse. Quienes arrebatan la vida de los ecuatorianos no quedarán impunes. Actuaremos con contundencia’, escribió en su cuenta en la red social Twitter el presidente, Guillermo Lasso.
El hecho violento ocurrió en el cuarto día de un estado de excepción decretado por el ejecutivo para frenar la ola de violencia, delincuencia y el aumento del narcotráfico en varias provincias de esta nación andina, entre ests Guayas, donde se ubica Guayaquil.
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