Se llama Kidlat Tahimik y su novedosa muestra fue bautizada como ‘Magallanes, Marilyn, Mickey y fray Dámaso. 500 años de conquistadores RockStar’, un proyecto especialmente creado para el Palacio de Cristal del suntuoso parque del Retiro de Madrid.
Pero en realidad su nombre de nacimiento en la ciudad filipina de Baguió fue Eric Oteyza de Guia (1942), el cual cambió por el de Kidlat Tahimik, ‘relámpago silencioso’ en tagalo, lengua oriunda del centro y sur de la isla de Luzón.
‘No soy un historiador, sólo hago una interpretación libre de los acontecimientos y juego con las artes para dar nuestra visión, que no es precisamente la de ignorar protagonistas más allá de Magallanes (Fernando) o Elcano (Juan Sebastián)’, comentó a Prensa Latina.
Enfundado con vestimenta tradicional, coloridas zapatillas y pantalones cortos, Tahimik, dentro del respeto, no pudo evitar el parangón entre las celebraciones por la circunnavegación del mundo por Magallanes y Elcano, sin reconocer a la figura de Enrique de Malaca.
Con lenguaje acompasado, pero filoso, el cineasta, performer, escritor y artista no tuvo remilgos en ponderar a Enrique (Ikeng), en el fondo un esclavo de amplia sabiduría, ‘que debería ser considerado el primer hombre en dar la vuelta al mundo’.
Fue quien aprendió primero los idiomas de las islas, animó a Magallanes a continuar el viaje y tocó tierra por delante de todos, gracias a una cosmovisión admirable, dijo Tahimik basado en los relatos de Antonio Pigafetta (1480-1534), cronista de la expedición.
Incisivo, el artista revisa el pasado del Palacio de Cristal, donde se concibió un tributo al colonialismo, en contravía de la verdadera historia del colonialismo en Filipinas.
De ahí, también, su rechazo y burla a la influencia del imperialismo cultural en la actualidad, los clichés de Hollywood con sus Wonderwoman, Spiderman, Mickey Mouse, Rambo y hasta Marilyn Monroe, que aparecen de una forma u otra, igualmente cobijados por un Caballo de Troya.
Desmontando mitos, además, ofrece instalaciones de gran envergadura, aparentemente caóticas, que articulan nexos anacrónicos de carácter narrativo, con relatos que beben de fuentes históricas y mitologías contemporáneas y dejar así, la escena lista para finales abiertos.
Auspiciada por el museo Reina Sofía, la profusa obra desliza momentos de la Exposición General de las Islas Filipinas de 1887, para la que fue construido el Palacio de Cristal, con el objeto exhibir la vida y cultura del archipiélago, dependiente de España en aquel momento.
Se presentaron flora, fauna y poblaciones del archipiélago, actuaciones de los indígenas igorrotes, grupo étnico al que pertenece Tahimik, como una especie exótica.
Este hecho fue denunciado y calificado como ‘zoo humano’ por José Rizal, el precursor de la independencia filipina, que se encontraba entonces en Madrid.
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