Según indicó la portavoz asociada del secretario general de Naciones Unidas, Eri Kaneko, se reforzó la ayuda a los servicios de salud, con medidas de diagnóstico y protección, se importaron concentradores de oxígeno y oxímetros, y se instalaron plantas de oxígeno en centros de la isla.
Los meses de julio y agosto marcaron el pico de la pandemia en la mayor de las Antillas, lo cual ejerció una gran presión sobre el sistema de salud allí, apuntó.
Durante julio, agosto y septiembre, el equipo de la ONU entregó más de 1,4 millones de artículos, incluidos guantes, mascarillas quirúrgicas y jeringuillas, detalló la vocera.
También se distribuyeron como 100 mil pruebas para detectar la Covid-19 y casi 100 refrigeradores certificados por la Organización Mundial de la Salud con el objetivo de almacenar vacunas de forma segura, añadió.
“Nuestra respuesta socioeconómica con las autoridades se centró en aumentar la capacidad de producción de alimentos. Más de 65 mil personas recibieron alimentos”, sostuvo.
Además, precisó Kaneko, la ONU impulsó los esfuerzos para aumentar la vacunación y continuar previniendo la propagación de la enfermedad a través de una campaña de comunicación que involucró a varias agencias del organismo multilateral.
En reiteradas ocasiones, las autoridades cubanas han denunciado cómo el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra la isla impide una mejor respuesta a la pandemia al obstaculizar la compra de insumos médicos y alimentos.
Por su parte, desde el inicio de la crisis sanitaria, el secretario general de la ONU, António Guterres, llamó a levantar las sanciones y medidas coercitivas unilaterales que obstruyen el enfrentamiento a la Covid-19.
Pero países como Estados Unidos mantienen e, incluso, recrudecen sanciones económicas, comerciales y financieras contra naciones como Cuba, Venezuela, Siria e Irán, como denuncian continuamente esos Gobiernos.
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