La decisión del primer ministro eslovaco, Igor Matovic, de comprar el inyectable ruso, está siendo duramente criticada por la oposición y amenaza la estabilidad de su Gobierno, sin tener en cuenta que la negativa pone en peligro la vida de las personas en el país.
Al parecer, no importan los enfermos de Covid-19 que se puedan salvar. Mucho menos que las cifras de contagios crezcan cada día: del 20 de febrero al 5 de marzo, el número de casos positivos aumentó en el país más de 2.5 veces, de 25 mil a 65 mil personas.
Los opositores le exigen la renuncia a Matovic, quien declaró la víspera, en su perfil de Facebook, que no pretende abandonar el uso de Sputnik V y tampoco planea regresar a Rusia las dosis ya recibidas del medicamento.
El primer ministro reconoció que Eslovaquia es parte de la Unión Europea (UE), pero no por eso rechazará ‘una vacuna de alta calidad, solo porque se fabrica en Rusia’.
Las autoridades de Salud eslovacas emitieron un permiso para usar Sputnik V sin el registro del bloque comunitario, cuya Agencia Europea de Medicamentos (EMA) anunció el inicio del proceso de revisión de la vacuna hace dos días.
Según trascendió, el primer lote del medicamento contra la Covid-19 llegó al país el lunes y la vacunación debe comenzar en dos semanas.
El proceso de inmunización se realizará bajo la responsabilidad de médicos y pacientes, quienes deberán firmar su consentimiento para inyectarse con la Sputnik V.
La presidenta de Eslovaquia, Zuzana Chaputova, expresó su descontento con la compra de la vacuna rusa, y los socios de la coalición gubernamental, los partidos Libertad y Solidaridad y Por el Pueblo, exigieron una reorganización del gabinete.
Insisten en la certificación obligatoria del medicamento en la EMA.
Según el diario ruso Vista, el canciller Ivan Korchok dijo que Sputnik-V es un arma de división y descrédito, que trae discordia tanto dentro de la sociedad eslovaca como en la sociedad occidental en su conjunto.
La líder del partido Por el Pueblo, Veronika Remishova, aseguró sentirse ‘disgustada y decepcionada’ con el acto del primer ministro.
Sin embargo, para Gevorg Mirzayan, profesor de la Universidad Financiera de Rusia, el rechazo a la vacuna entre el ejecutivo eslovaco no se explica por el hecho de que Matovic violó ciertos procedimientos.
‘Para ser más precisos, fue la rusofobia, los grandes planes geopolíticos y las disputas intraeslovacas’ lo que provocó el ataque contra Sputnik V, dijo.
Consideró evidente que ambos partidos y la presidenta que los apoyó tienen una actitud extremadamente prejuiciosa hacia Rusia.
El especialista ruso en Comunicación Masiva recordó que Chaputova ha estado cooperando con la Fundación Soros durante muchos años y lo mismo sucede con el ex presidente Andrei Kiska, quien lidera el partido Para el Pueblo.
‘Representan el ala liberal de la política eslovaca, cuya idea principal es la adhesión total al rumbo de la UE y los Estados Unidos, la demonización del pasado socialista y todo lo relacionado con Rusia. Para ellos, Rusia es la personificación de todo lo malo’, apuntó.
En cuanto a Libertad y Solidaridad, es uno de los partidos euroescépticos y ‘sus puntos de vista se basan en fuertes lazos con los Estados Unidos’, explicó Vadim Trukhachev, profesor de la Universidad Estatal de Humanidades de Rusia.
car/mml/cvl