El documento, publicado en el periódico Le Monde, bajo el título de “Por un #MeToo político”, recordó que tres aspirantes presidenciales ya han sido citados en numerosas denuncias de agresión sexual, sin que ello les impida “considerarse dignos de ocupar la suprema magistratura”. Esto demuestra lo indiferentes que son a la condición de las mujeres y las víctimas.
Las 285 firmantes, la gran mayoría ligadas a partidos de izquierda, pidieron que el mundo político responda a gran escala a la violencia sexual y sexista cometida por nuestros representantes, considerando que “los abusadores sexuales no tienen cabida en las elecciones de 2022”.
A pocos meses de las elecciones presidenciales y legislativas, en abril y junio, respectivamente, la carta también señaló que “entre los 577 diputados (de la Asamblea Nacional), algunos son autores de violencia sexista y sexual”.
Por ello, demandó a los responsables políticos ”asumir sus responsabilidades y apartar de sus filas a los autores de violencia sexual y de género” para evitar lo que ocurre en algunos gobiernos locales y regionales, donde fueron elegidos hombres “acusados, y a veces condenados, por violación, agresión sexual, abuso sexual de menores y violencia doméstica”.
Para hacer visible el compromiso, las denunciantes crearon un formulario en Internet para que los representantes electos y a los responsables de los partidos firmen “en masa” un compromiso de tres puntos contra la violencia machista en política.
Entre las firmantes se encuentran la exministra socialista de Derechos de la Mujer Laurence Rossignol, la teniente de alcalde de París Audrey Pulvar, la exalcaldesa ecologista de Marsella Michèle Rubirola, la eurodiputada de Francia Insumisa Manon Aubry y la diputada de esta misma formación Danièle Obono.
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