La agricultora oromo (grupo étnico del centro-sur de Etiopía), empresaria y ecologista que emigró a Italia ante conflictos derivados de su activismo contra las injusticias en el sector agrario, fue considerada por Legambiente como un símbolo para el sector y las comunidades de kilómetro cero en los Alpes.
Entre otros reconocimientos, Gudeta recibió en 2020 la Bandera Verde de esas organización “por la determinación y pasión en llevar a cabo un importante ejemplo de defensa territorial, emprendimiento sostenible e integración” y en 2019 fue candidata al Premio Ambientalista del Año en Italia.
En su negocio La cabra feliz, elaboró deliciosos quesos en Frassilongo, en el valle de Mocheni, provincia de Trento, recuperando los conocimientos ancestrales en la crianza que aprendió de sus abuelos.
“No es una empresa fácil. Le costó amenazas de muerte de clara impronta racial. A ella y a todas las mujeres víctimas de violencia, Legambiente quiso dedicar un pensamiento, recordando que, a través del trabajo, como el de la agricultura, es posible emanciparse y ser verdaderamente libre”, destacó la organización.
La ocasión fue propicia también para reconocer buenas prácticas agronómicas que tienen a las féminas como protagonistas y fue premiada Mónica Raspi, quien produce vino orgánico en Pomona, corazón más tradicional del Chianti Classico.
Igual reconocimiento recibió Assunta Valente, pastora que desarrolla su actividad en las montañas de Frosinone, en la frontera con Abruzos, Lacio y Molise Park, quien además está en peligro y es blanco de amenazas e intimidación, con actos de brutal violencia contra su ganado y sus tierras, denunció la organización.
También valoró la labor de Valentina Capone, de Amatrice- una aldea de Bagnolo, al centro de Italia-, quien produce una miel de alta calidad y fue ganadora del primer lugar durante dos años consecutivos en el concurso Grandes mieles de flores silvestres en la provincia de Rieti.
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