El encuentro, que comenzó la víspera y termina mañana, debatirá hoy temas relativos a la seguridad y el comercio, anunció en su alocución de apertura el canciller senegalés, Aissata Tall Sall, quien resaltó “la transparencia en las transacciones para no empeorar nuestro nivel de endeudamiento”.
Estadísticas oficiales cifran en 200 mil millones de dólares el valor del intercambio comercial entre Beijing y las naciones africanas en 2019.
Asimismo, subrayó que desean que la influencia de China sea un fuerte apoyo para Senegal y todos los países que atraviesan problemas de seguridad en el Sahel para tener más medios legales para combatir el terrorismo.
El Sahel es una región del norte de África que limita al norte con el Sahara y al sur con la sabana sudanesa. De este a oeste atraviesa todo el continente desde el océano Atlántico hasta el mar Rojo y abarca una decena de países en varios de los cuales grupos armados islamistas combaten a los gobiernos centrales.
La reunión fue inaugurada apenas una quincena después del mini recorrido del secretario de Estado norteamericano, Anthony Blinken, el cual abarcó Kenia, Nigeria y Senegal.
Los lazos estadounidenses con África sufrieron un impacto muy negativo a principios de 2019 cuando el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, calificó de manera despreciativa a los estados de este continente, al igual que a Haití y El Salvador.
Despachado a toda prisa a África para aplacar los ánimos, el secretario de Estado, Rex Tillerson, suspendió sus gestiones al conocer que Trump lo había cesanteado para nombrar como sustituto al hasta entonces director de la Agencia Central de Inteligencia, Mike Pompeo.
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