Una reunión emergencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) fue el punto de partida para este empeño, pues sus expertos reconocen que poco se podrá hacer hasta conocer los pormenores de Ómicron, nombre escogido del alfabeto griego para el indeseaable huésped.
Aunque escasean los datos, al parecer la mutación detectada en noviembre en Sudáfrica pudiera ser más trasmisible que la Delta, la cual causó estragos en todas las latitudes.
Un aspecto clave a tener en cuenta sería la falta de equidad en la distribución de las vacunas antiCovid-19 a nivel mundial.
Mientras menos personas tengan acceso a los inmunizadores más posibilidades tiene el virus para evolucionar y entonces aparezcan más variantes.
Un elemento a seguir de cerca -advierte la OMS- es que Ómicron tiene una amplia gama muy inusual de mutaciones.
Esto podrían ayudar a evadir la respuesta inmune del cuerpo y hacerla más transmisible.
Cualquier variante que llegue reducir la protección otorgada por las vacunas o que se propague con mucha rapidez constituye un serio obstáculo para ponerle punto final a la pandemia.
El valor de reproducción efectiva de Ómicron es de nivel dos, un punto de transmisión nunca visto durante desde el inicio de la Covid-19.
La variante B.1.1.529 del coronavirus tiene un número inusualmente alto de mutaciones, con más de 30 en la proteína clave de la espiga.
Precisan los expertos del organismo internacional, la secuencia genómica de la variante Ómicron muestra 55 mutaciones respecto al virus original de Wuhan, 32 de ellas situadas en la proteína S o espícula.
La más importante -agregan los especialistas- por su papel en la infección de las células y la respuesta inmunitaria.
En opinión de los científicos falta mucho por aprender de Ómicrón, por ejemplo si genera más riesgo de hospitalizaciones, gravedad clínica y muertes, más la reducción de la eficacia de las vacunas.
La OMS recomienda a las personas completar su esquema de vacunación antiCovid-19, y mantener las medidas de autocuidado, entre ellas, el uso correcto del nasobuco, el distanciamiento físico y el lavado frecuente de las manos.
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