Las teas se confeccionaron con fibras de carbón que las hacen ligeras y tienen diseños similares a las usadas en la cita estival de 2008, pues así honran la designación de la capital china como la única del mundo en acoger ambas variantes de los juegos.
Se alimentan de hidrógeno, pueden mantener las llamas en condiciones atmosféricas muy frías e incluyen un sistema de seguridad para evitar accidentes durante el relevo.
El comité trabaja actualmente en la selección de quienes portarán el emblema.
China comenzó hoy la cuenta atrás para el certamen, con cada etapa del calendario cumplido y gran parte de la infraestructura lista.
Esa cita está prevista a efectuarse del 4 al 20 de febrero de 2022, genera expectativas bien altas y tiene una evaluación satisfactoria del presidente Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach.
Al directivo le complace el enfoque innovador, austero y ecológico que predomina en los preparativos, en especial, el vínculo con estilos de vida más saludables en la población.
China quiere estimular a 300 millones de ciudadanos de todas las edades a practicar disciplinas de invierno, pero a juicio de Bach, alcanzar solo un pequeño porcentaje de dicha cifra sería un impulso enorme al movimiento olímpico global.
mem/ymr