La principal instancia jurista iraquí discutió la propuesta de cuatro jueces musulmanes y pasó sus consideraciones al hemiciclo, en el cual se registra oposición a esa posibilidad, por lo que el congreso aplazó la discusión del borrador final.
Según el proyecto, el artículo dos agrega un cuarteto de juristas islámicos, dos sunitas y otros tantos chiitas, al comité de la corte federal.
Parlamentarios y activistas lo refutan con el argumento de que viola la Constitución y pudiera promover extremismo religioso.
‘No hay necesidad alguna de nombramientos religiosos o políticos en el tribunal superior, pues mezclar ley y asuntos legales con la religión y la política es un camino equivocado’, declaró el activista Murad Ismael.
El tribunal federal iraquí es la máxima autoridad judicial del país, pero desde 2020 no entra en funciones por la falta de quórum, pues no está completa la nómina de 15 juristas.
‘Agregar cuatro islámicos a la Corte es inaceptable, ya que Iraq es un país multisectario y multirreligioso, y la Constitución no se refiere a cuestiones sectarias, sino a los iraquíes, a quienes considera iguales ante la ley’, indicó el experto legal Tarqi Harb.
La controversia contempla el artículo dos de la carta magna, el cual establece que el islam es la religión oficial del estado, fuente fundamental de legislación y no se puede promulgar ley alguna en contradicción con lo islámico.
Sin embargo, ese acápite también refiere que ninguna ley puede contradecir los principios de la democracia.
‘Desgarrado por el sectarismo y la corrupción, Iraq no está preparado para un tribunal federal, sobre todo para una ley como esa’, suscribió en las redes sociales el periodista Salih al-Nasrawi.
A juicio del activista Zaid al-Assad, esa legislación eliminaría cualquier esperanza para reformar el país por medios democráticos y legales.
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