Para el analista José Eugenio Stoute, luego de estudiar las decenas de páginas de ese documento entregado la pasada semana al presidente Laurentino Cortizo, no hay nada nuevo, son problemas viejos y conocidos, como la desigualdad en el acceso a la salud, el agua, la educación o el empleo, la inseguridad ciudadana, la pobreza o el auge de la violencia.
También hay temas ausentes como la creciente evasión fiscal que ronda los seis mil millones de dólares, de acuerdo con economistas, señaló.
Solo con una parte de ese monto se podría pagar la deuda externa del país, precisó el investigador al programa Radar, del canal televisivo TVN.
De otro lado fustigó las propuestas de soluciones por superficiales y que no delinean acciones concretas.
Al respecto ejemplificó que la respuesta a los reclamos ciudadanos de los altos costos de la electricidad, la supuesta estrategia indica revisar la metodología para la reglamentación de la generación eléctrica, algo que ya se conoce.
Acerca de otra inquietud de la población: la poca iluminación de la ciudad, la respuesta dada es que una comisión técnica identifique las áreas de poca luz, así lo ponen literalmente, criticó.
Al referirse al tan traído y llevado asunto de empoderar a la ciudadanía, el texto, agregó, no dice una sola palabra sobre la necesidad de un referendo popular, si es que en realidad se quiere dar voz al soberano.
Es seria y preocupante la situación, consideró, pero tampoco es nueva y al respecto recordó las multitudinarias manifestaciones que enfrentó el gobierno de Mireya Moscoso (1999-2004) cuando decidió subir el costo del pasaje, pero al final mantuvo la medida.
Acerca de cómo enfrentar y resolver el rosario de actuales problemas que tiene la sociedad panameña, entre los que sobresale la violencia creciente asociada al narcotráfico y los temas fiscales, Stoute estimó la falta de compromiso del actual Ejecutivo.
Dijo que aunque designó a dedo comisiones de trabajo para dar seguimiento a los temas, en su conformación no consultaron a los sectores populares.
Para el investigador, el propio jefe de Estado incluso admitió que su gobierno cumpliría lo que bien pueda para solucionar las necesidades más acuciantes, e instó a hacer lo mismo a los que le sucedan en el Palacio de las Garzas (sede del Ejecutivo).
Pero las futuras administraciones, acotó el analista, no han sido parte de este proceso, ni se convocó a lo que se conoce como pacto de Estado, como sucedió con los acuerdos Torrijos -Carter, sobre el Canal de Panamá, con la participación de partidos políticos, otras organizaciones de la sociedad civil.
Es decir, es nulo el supuesto compromiso y carece de viabilidad política y económica, estimó.
Por su parte, el economista Ernesto Bazán, también panelista en el programa televisivo, el problema más grave es la falta de recursos para enfrentar las múltiples insatisfacciones de la población.
En su criterio, desde 2007 Panamá no tiene superávit fiscal, cada año es déficit tras déficit. Es decir 15 años que no se generan recursos para los gastos propios.
Para Bazán el problema económico número uno del país centroamericano es el de la Caja de Seguro Social(CSS) y señaló un déficit de 15 mil millones de dólares, que catalogó como una pandemia invisible.
Ejemplificó que cuando la Covid-19, el pasado año, el Producto Interno Bruto cayó en un 20,7 por ciento, eso significa aproximadamente unos 13 mil 500 millones de dólares, por lo que el déficit de la CSS y el problema que tiene al frente es superior, y no se puede postergar su solución, además de ser prioridad de cualquier plan económico y de atención a la ciudadanía.
Sobre el proceso del Pacto del Bicentenario, Soute reiteró que más bien fue una conversación ciudadana, lo que más se parece a la convocatoria de noviembre de 2020, a través de una plataforma digital (Ágora).
Aún así, dijo, no pocos panameños emitieron sus preocupaciones con la esperanza de servir al país y que sus problemas vigentes encuentren soluciones, las cuales siguen sin aparecer.
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