Según comunicaron activistas locales a la agencia nacional SANA, los refuerzos fueron introducidos a través del cruce fronterizo de Bab al-Hawa en el oeste de Idlib, e incluyeron armas avanzadas, municiones, material logístico y bloques de hormigón.
Las fuentes detallaron que este convoy se dirigió a las decenas de puntos militares turcos y cuarteles de organizaciones extremistas en la meseta de Jabal Al-Zawieh en el sur de Idlib.
Las fuerzas armadas turcas ingresaron en octubre último dos columnas conformadas por 231 vehículos blindados y camiones cargados con equipos logísticos, municiones, armas y bloques de cemento.
Fuentes militares sirias afirmaron que el objetivo de estos refuerzos es fortificar las organizaciones terroristas antigubernamentales ante cualquier posible ofensiva del ejército para liberar las zonas de Idlib que aún están bajo el yugo de los radicales.
El canciller de Siria, Faisal al-Mekdad, exigió en recientes declaraciones a la prensa, al Gobierno turco sacar sus tropas que ocupan ilegalmente el territorio de la nación árabe y permitir la recuperación de las relaciones normales entre los dos países vecinos.
Denunció que los grupos armados que patrocina Ankara en el noroeste de Siria están clasificados como organizaciones terroristas según las regulaciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Turquía controla ilegalmente desde 2018 amplias zonas en el norte de Siria y mantiene 114 posiciones y puntos militares, que se distribuyen en cinco provincias: Alepo (56), Idlib (45), Raqa (nueve), Hasakeh (cuatro) y Latakia (dos).
En varias ocasiones, Damasco denunció esa presencia y la calificó de ocupación, además de asegurar que la misma impide la liberación completa de su territorio del terrorismo.
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