El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Abdul Qahar Balkhi, dijo en un mensaje de Twitter que Lyons expresó garantías de seguridad y añadió que la ONU prevé ampliar su misión en Afganistán, indicó la agencia de noticias afgana The Khaama Press.
Según el vocero, Deborah Lyons añadió que todo su personal local e internacional regresó a sus puestos de trabajo.
«La ONU planea ampliar sus operaciones y hacer esfuerzos para descongelar los activos de Afganistán y para que los países del mundo vuelvan a abrir sus embajadas en Kabul», se lee en Twitter.
Abdul Qahar Balkhi añadió que el viceministro talibán de Asuntos Exteriores agradeció a la ONU sus esfuerzos, les aseguró el sector de la educación y pidió su cooperación para pagar los salarios de los profesores.
La petición se produce después que el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y Alemania anunciaron que iban a pagar directamente los salarios de los profesores afganos.
Unama envió al Banco Central de Afganistán 16 millones de dólares en efectivo como parte de su ayuda humanitaria a la nación centroasiática.
Afganistán atraviesa sus peores condiciones económicas, sociales y sanitarias tras la retirada militar de Estados Unidos, cuyas fuerzas armadas invadieron en 2001 el país con el pretexto de combatir el terrorismo, en una agresión que costó cientos de miles de vidas civiles.
La Casa Blanca despilfarró en el conflicto 2,26 billones de dólares según la Universidad de Brown, perdió casi tres mil soldados y otros 30 mil resultaron heridos en 20 años de ocupación, que dejó un futuro incierto para el pueblo afgano.
Tras la salida de Estados Unidos, los talibanes controlan una nación más pobre que hace dos décadas, con 11 millones de refugiados en el extranjero, cinco millones de desplazados internos y 24 millones de personas amenazados por el hambre, pese a los abundantes recursos naturales del país.
Por otro lado, muchos afganos temen el regreso del estricto régimen talibán, cuyo primer gobierno entre 1996 y 2001 cometió numerosos abusos contra las mujeres, niñas y minorías étnicas.
La crítica situación de Afganistán se enmarca además por la Covid-19 y una intensa sequía, mientras la nación está en una encrucijada pues Estados Unidos congeló en sus arcas nueve mil 400 millones de dólares de los activos del banco central
La posición del gobierno estadounidense empeoró el escenario afgano y los precios de los alimentos y del combustible se elevaron en momentos en que cientos de miles de personas se quedaron sin empleo y las actividades financieras disminuyeron drásticamente.
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