El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, hizo el anuncio este miércoles y afirmó que su gobierno no enviará funcionarios al evento deportivo, aunque los atletas sí participarán, tal como anunció Washington el pasado lunes.
Ambos países justificaron su decisión en las presuntas violaciones de los derechos humanos por parte del gobierno chino en el supuesto genocidio a las etnias de Xinjiang (noroccidente), con fuerte presencia de musulmanes.
No creo que la decisión de Canadá o de muchos otros países de optar por no enviar representación diplomática a los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Beijing vaya a sorprender a China, dijo Trudeau a la prensa.
Más temprano, los gobiernos de Reino Unido y Australia expusieron motivos similares para justificar también un boicot a la competencia invernal.
Medios de prensa locales destacan que las relaciones entre Ottawa y Beijing se deterioraron a raíz del arresto a la ejecutiva de Huawei, Meng Wanzhou, en diciembre de 2018 por una orden judicial de los Estados Unidos.
En reiteradas ocasiones China ha exigido a las naciones occidentales a abandonar la política de doble rasero sobre los derechos humanos y sugirió a Estados Unidos, impulsor del boicot, a enfocarse en sus problemas, como la supremacía blanca y el racismo.
Autoridades del gigiante asiático denunciaron recientemente la politización del asunto y aseguran que los programas aplicados en Xinjiang buscan frenar el terrorismo, el separatismo y la radicalización.
China afirma estar lista para acoger del 4 al 20 de febrero del año próximo las Olimpiadas y Paralimpiadas de Invierno en Beijing, que se convertirá en la única ciudad del mundo en ser anfitriona tanto de la edición invernal como la de verano, que tuvo lugar en 2008.
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