Al decir del crítico cubano Ángel Pérez, este lenguaje generalmente se acorrala y deslinda de la técnica y estética que también es, y suelen ser relegadas las posibilidades creativas que brinda.
El concurso de animación del festival intenta jerarquizar el trabajo de aquellos realizadores defensores de este recurso expresivo, estético y artístico de múltiples potencias discursivas que, sin embargo, a veces no logra gran visibilidad.
La cita cinematográfica, que cuenta con 163 filmes de 26 países, comprende tres largometrajes y 19 cortos de animación “con producciones de altísima calidad”, según declaraciones de los organizadores del evento.
De acuerdo con Pérez, en la 42 edición del certamen fílmico en la capital cubana hay obras interesantes para todos los públicos que acuden a la búsqueda de representaciones, sensaciones visuales y creaciones de cosmos.
Varios países e intereses múltiples confluyen en la construcción del texto animado mediante el uso de diversas técnicas como el stop motion, la tercera o segunda dimensión, entre otras especialidades, afirmó.
De las obras seleccionadas destacan Agua de Mandarina, del argentino Román Martínez; Magnética, del brasileño Marco Arruda; Eco, de David Rodríguez García (Cuba); El intronauta, José Arboleda (Colombia); A la cabeza, de Andrea Santiago (México) y Homeless, de Jorge Campusano, José Ignacio Navarro y Santiago O’Ryan (Chile-Argentina).
Aunque la animación, el cortometraje y los documentales son los materiales que menos espectadores convocan a los cines, el especialista invitó a los cinéfilos a arriesgarse y disfrutar de esta expresión audiovisual.
El evento sesionará hasta el 12 de diciembre, y además de los audiovisuales en competencia propone al público las muestras Panorama documental, Vanguardia, Éxodos, en sociedad, Panorama contemporáneo internacional, y obras de reciente estreno.
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