‘Hoy día no tenemos comida, escuelas, no tenemos nada y no podemos seguir viviendo así, es solidaridad con la gente lo que pedimos’, dijo una mujer rodeada por un fuerte dispositivo de seguridad que custodia la legación norteña.
Convocados por organizaciones sociales y portando pancartas críticas a figuras de organismos internacionales como Naciones Unidas, los manifestantes reiteraron que el mandato de Moïse expiró el 7 de febrero, basados en artículos de la Constitución.
‘El pueblo haitiano ya no reconoce a Jovenel Moïse como presidente y tampoco debe hacerlo la comunidad internacional’, dijo otro activista.
Las protestas en Haití son cada vez más críticas con el papel de la comunidad internacional en la actual crisis y su apoyo al proceso electoral y el referendo constitucional impulsado por el Gobierno.
De acuerdo con los activistas, Moïse no puede llevar adelante sufragios porque ya su gobierno no es legítimo y denuncian que viola la carta magna vigente. Desde el 7 de febrero las movilizaciones se multiplicaron en Puerto Príncipe y otras ciudades del país, donde cada domingo cientos de personas salen a las calles a pedir que el gobernante abandone el Palacio Nacional.
Las recientes acciones de Moïse, como jubilar a tres jueces de la mayor instancia judicial del país o denunciar un intento de golpe de Estado y magnicidio, solo aumentaron el malestar popular.
En medio de este panorama se recrudeció el clima de inseguridad y se incrementaron los secuestros, lo cual vulnera aún más a la población desfavorecida.
Los sectores de la oposición y un amplio número de organizaciones sociales insisten en que la solución es la instauración de un gobierno transitorio de dos años, capaz de estabilizar la situación y reorganizar las instituciones para luego convocar a elecciones.
La postura es rechazada por el mandatario, quien prometió renovar a todo el personal político este año a pesar de la presión popular.
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