Datos del centro conjunto sirio-ruso para la reconciliación indican que elementos del otrora Frente Al Nusra preparan acciones de ese tipo en áreas de las provincias de Idlib y Latakia.
En ese sentido, los reportes confirman que como en ocasiones anteriores, esos grupos cuentan con laboratorios de sustancias químicas y fueron entrenados y capacitados por asesores europeos.
Fuentes oficiales sirias subrayan insistentemente que esos hechos pretenden basarse en acciones de tal tipo efectuadas entre el 2013 y el 2017 en zonas de Guta Oriental, en los suburbios de Damasco, de Alepo y en Khan Sheikun, Idlib.
Ninguna de esos ataques fueron probados y muchos menos que fueran ejecutados por el Ejército nacional y fueron manipulados y tergiversados en los informes al respecto emitidos por algunos funcionarios de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ).
Los medios de comunicación nacionales citan además a la presidenta de la misión siria ante la OPAQ, Rania Al-Rifaai, quien afirmó que este país afronta una campaña orquestada por Estados Unidos y sus aliados occidentales para instrumentar su agenda agresiva.
En los reportes se señala que Al Rifaal puntualizó que ‘algunos países convirtieron a esa organización en una tribuna para ajustar cuentas políticas con varios Estados, entre ellos Siria, utilizando métodos de presión para obtener suficientes votos que permitan atacar a esta nación y a otras, cuyo lineamiento no les conviene a ellos’, agregó.
Al respecto, remarcó que ‘es tiempo de preservar la misión humanitaria y técnica de la OPAQ y que velemos todos por su neutralidad, independencia y profesionalismo para que pueda desempeñar su rol lejos de la politización y la manipulación.’
De acuerdo con evidencias comprobadas, sobre todo el exAl Nusra emplea a los llamados Cascos Blancos, una presunta organización de defensa civil no acreditada ante organismos internacionales, para ejecutar esas acciones.
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