Responsable de los aprestos electorales, por mandato de la Organización de Naciones Unidas (ONU), al Mnefi mantendrá varias reuniones en la urbe, sede de la Cámara de Representantes apoyada por una facción del ejército libio comandada por el general Jalifa Haftar.
El viaje del gobernante sucede unos días después que el árbitro comicial negara la posibilidad a Haftar de presentarse a la justa, en la que deben tomar parte casi un centenar de aspirantes a la presidencia.
Igualmente, se produce después que el Consejo Supremo de Estado de Libia (una especie de Senado creado por la ONU en 2015) propusiera esta semana aplazar los comicios para febrero del año próximo, en la búsqueda de mayor consenso y ante la alegada falta de control constitucional o legal.
Entretanto, la Alta Comisión Electoral Nacional prosiguió sus trabajos para organizar la liza, la primera desde 2011 cuando una invasión dirigida por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) derrocó al presidente Muamar el Gadafi, a la postre torturado y asesinado.
Como resultado, el otrora próspero país del norte de África se sumió en una situación de caos e ingobernabilidad que aún prevalece.
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