Por 89 votos a favor y 10 en contra, los congresistas aceptaron la llamada oficialmente Ley de Autorización de Defensa Nacional (NDAA, siglas en inglés), que anteriormente recibió la aprobación de la Cámara Baja y ahora pasa al escritorio del presidente Joe Biden.
Desde hace semanas la propuesta causa malestar entre sectores liberales demócratas que esperaban que el control de su partido sobre la Casa Blanca y ambas cámaras del Congreso condujera a recortes en los programas militares tras décadas de crecimiento.
No obstante, los legisladores sumaron 25 mil millones de dólares a lo solicitado por la administración para el año fiscal 2022 e incluyeron 27,8 mil millones para actividades relacionadas con la defensa en el Departamento de Energía y 378 millones para otras acciones.
A partir de su entrada en vigor, la NDAA prohibirá al Pentágono utilizar fondos para ciertas adquisiciones de la región china de Xinjiang, donde supuestamente Beijing cometió abusos de derechos humanos, según Washington.
Además, la medida recoge siete mil 100 millones de dólares para mejorar la capacidad de los efectivos norteamericanos en la región del Pacífico, con la mirada puesta en hacer frente a China, y también destina 300 millones a la alianza militar con Ucrania frente a Rusia. Los senadores republicanos Ted Cruz y Jim Risch intentaron aprobar una enmienda para imponer sanciones relacionadas con el gasoducto Nord Stream 2, que los legisladores temen que dé a Moscú una influencia indebida sobre Europa Central, pero finalmente no fue aceptada.
La Iniciativa Europea de Disuasión, también dirigida a disminuir la influencia del Kremlin en el llamado Viejo Continente, sí pasó y para eso destinará cuatro mil millones de dólares.
Por otro lado, el proyecto establece la creación de una comisión independiente para evaluar los resultados de la guerra en Afganistán, la más larga de la historia de esta nación, que concluyó en agosto pasado en medio de una caótica retirada de las tropas del Pentágono.
Los aumentos significativos para contrarrestar a China y Rusia, subrayan según expertos el consenso bipartidista existente en el Capitolio respecto a seguir gastando enormes cantidades de dinero federal en iniciativas de defensa, incluso en detrimento de los gastos sociales.
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