Promovida junto a la CERS de East Naples y el Municipio de Ferla, la iniciativa busca también crear una alianza de abajo hacia arriba contra la pobreza energética a partir de las fuentes renovables, promover la economía civil para ayudar a las comunidades a reducir desigualdades y abrir procesos económicos, civiles y sostenibles virtuosos.
Desde su presentación virtual CERS tiene 16 signatarios, entre los que están la Agencia para la Energía y el Desarrollo Sostenible, Campaña Amiga, y Coldiretti, la mayor organización en Italia y Europa de agricultores directos.
La página quedó disponible para el manifiesto y el formulario de solicitud.
Un comunicado de Legambiente explicó que las CERS son un modelo energético generalizado, basado en la autoproducción y autoconsumo de energía procedente de fuentes renovables, eléctricas y térmicas.
Ellas se integran a las mayores plantas de tecnologías limpias, capaces de contribuir a la lucha contra la emergencia climática y al mismo tiempo reducir el peso geopolítico de los combustibles fósiles, añade el texto.
Un estudio de Elemens-Legambiente reveló que la potencia a instalar hacia el 2030 asciende a 17 gigavatio, equivalente casi al 30 por ciento de los objetivos de descarbonización del sector energético marcados por el actual Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, precisa.
Sistema que, también gracias a las innovaciones introducidas por el decreto Fuentes Energéticas Renovables II, puede crear más de 19 mil puestos de trabajo solo en el sector de las plantas, generando un valor contable añadido de dos mil 200 millones de euros a lo largo de toda la cadena de suministro de energías renovables.
Asimismo, puede representar un ahorro en las emisiones de CO2, estimada en 47,1 millones de toneladas, hasta el año 2030.
En cuanto a la lucha contra la pobreza energética que, según el último informe de Instituto Nacional de Estadísticas creció en Italia un 1,7 por ciento entre 2019 y 2020, agravado por la pandemia, el CERS puede generar ahorros en facturas de hasta un 25 por ciento para los usuarios domésticos y de condominios.
De igual modo puede representar una disminución de hasta un 20 por ciento del gasto energético de las pequeñas y medianas empresas, escuelas, distritos artesanales y otros sectores.
La red es considerada un aporte fundamental para las más de dos millones de familias en situación de pobreza energética que luchan por asegurar la continuidad, obligadas a renunciar a servicios como la calefacción o a utilizar tecnologías antiguas y peligrosas.
El presidente nacional de Legambiente, Stefano Ciafani, apreció que trabajar en red significa apostar por una revolución desde abajo, en el ámbito social, pero también ambiental, favoreciendo la transición ecológica de los territorios.
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