La acusación presentada ante la fiscalía de París, consideró que el prefecto marítimo Philippe Dutrieux, el director del centro regional de vigilancia y salvamento de Gris-Nez, Marc Bonnafous, y la directora del servicio de salvamento marítimo británico, Claire Hughes, actuaron con negligencia en el naufragio ocurrido el 24 de noviembre, que provocó la muerte de 27 migrantes.
Según los testimonios de varios supervivientes «se hicieron llamadas de socorro a los servicios de rescate franceses e ingleses», antes del descubrimiento de los cuerpos por parte de un pesquero, sin embargo no se prestó “ayuda inmediata” según señaló la asociación.
Un grupo de 33 personas partieron durante la noche en una lancha neumática desde la playa francesa de Loon hacia la costa inglesa, y cuando un tiempo después la embarcación comenzó a hundirse los tripulantes hicieron una llamada de socorro a los servicios de rescate franceses y británicos.
Ninguno de ellos participaron en la operación de rescate, alegando que no eran responsables para llevarla a cabo, según relató otro de los supervivientes, y así figura en la denuncia.
Entre los 27 fallecidos había siete mujeres y dos menores, en su mayoría kurdos iraquíes, cuyos cuerpos fueron recuperados horas después en aguas del Canal de la Mancha.
Para Utopía 56 esta “negligencia de los servicios de salvamento marítimo franceses y británicos” es un tipo de actuación que se da “regularmente”, por lo que espera que la justicia “arroje toda la luz sobre las circunstancias de este naufragio”.
Al tiempo, la asociación de defensa de los inmigrantes lamentó que la investigación en Francia parezca “centrarse esencialmente en el papel de los contrabandistas”, y que el Reino Unido ni siquiera haya iniciado ninguna diligencia.
“Es esencial y necesario perseguir a quienes comercian con vidas humanas”, señaló el abogado de la asociación Emmanuel Daoud, pero “también hay que ver necesariamente las condiciones de este naufragio”, dijo.
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